Según el autor, este modelo financiero interno se forma desde la infancia, influenciado por lo que escuchamos, vimos y experimentamos respecto al dinero. Si ese modelo está basado en creencias limitantes o negativas —como “el dinero es malo” o “los ricos son codiciosos”—, sin importar cuánto nos esforcemos, siempre nos autosabotearemos para mantenernos en un nivel de riqueza que consideramos “seguro” o “correcto”.
Eker explica que para cambiar los resultados económicos externos, primero es necesario reprogramar el pensamiento interno. Esto se logra identificando y reemplazando las creencias limitantes por afirmaciones, hábitos y pensamientos empoderadores. Así, se puede crear una “mente millonaria”, es decir, una mentalidad capaz de atraer, conservar y multiplicar el dinero con inteligencia y responsabilidad.
Uno de los conceptos clave del libro es el “Termostato Financiero”: una especie de configuración mental que regula cuánto dinero creemos inconscientemente que merecemos. Si nuestro termostato está ajustado a un nivel bajo, no importa cuánto ganemos, de alguna forma encontraremos la manera de perderlo o gastarlo todo. El objetivo es elevar ese termostato interno para que nuestra realidad externa se alinee con una mentalidad de abundancia y éxito.
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